Carta III



Hola

Yo me pregunto, porque existen personas que no escriben mucho y me incluyo a este grupo, sin embargo trato como bien lo sabes de hacer la diferencia, y es por esto que mi carta es una necesidad para cambiar el horrible estado de esperar una noticia tuya y para hacer la diferencia también, no quiero caer en la insistencia, pero hay algo que me hace hacerlo que llevo muy adentro, quizá sea una indigestión por tanto tomate, como un corazón, o tal vez una ulcera que perfora mi intestino, como una flecha atravesando un tomate parecido a un corazón. Fácil es encontrar flores en un camino, pero lo difícil es encontrarme a mí en un camino, no es por darme de algo, pero me dijeron basta con solo un corazón noble como el tuyo en este mundo, en fin. Las noticias de tí no me importan, me importa el gesto de quedarme en un recuerdo y mucho más importante es que me vuelva la necesidad de alguien, el resto “me importa un pito” como diría Mario Benedetti en uno de sus poemas escritos. Te cuento que mañana me despertare temprano para tomar un café, mañana me bañare como lo hice hoy y ayer, buscare los ojos de alguien que me escriba, que me recuerde y que me necesite, te has puesto ha pensar porque hago esto contigo? Púes yo también me hago esa pregunta frecuentemente. Es fácil la respuesta si es que no se maquilla con títulos de nobleza o de calificativos absurdos ante los hechos, no finjo cuando digo que ya me lo han dicho, que soy un lindo pero es verdad porque es parte del oficio, y vuelvo a repetirlo que es algo que me hace hacerlo que llevo muy adentro, los problemas dejan de serlo cuando cambio el nombre de la razón, para convertirse en una costumbre sin sazón; dulces sueños te esperan en esa almohada sudada por la angustia de mi distancia, pero serénate en la luz de la luna porque el cuco ya se ha ido de casa.

Robin

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