Carta I

Hola

Te escribí hace días y no tuve contestación, que sucede, donde te has ido, en que pueblo lejano estas que no tiene la tecnología de hoy en día. Busque en mil direcciones noticias tuyas y solo encontré las huellas de un fantasma que alcanzó a subir a los cielos, sin embargo las pequeñas señales que dejamos a nuestro paso han permitido tenerte entre recuerdos tus suaves pasos cercanos a este solitario humano.

Me encuentro muy feliz al compartir con los míos, y he descanso como casi nunca lo hago cuando estoy en las tierras de la mitad del mundo, y realmente la necesidad de verte no es constante ni tampoco sufro por algo que sabes que nunca tuvo raíces y que quizá no de fruto pero que existe la fortaleza de un tronco con posibles ramas y sus botones.

Siempre sucede que a la distancia la meditación encuentra respuestas ilógicamente a los problemas más razonables, espero que después de tu viaje encuentres la respuesta razonable para que ilógicamente me entregues un problema que tenga que resolver en mi meditación.

Pronto te seguiré escribiendo tratando de conocerte en tu silencio, y dándome a conocer con mis escritos, recuerda usar ropa abrigada si hace frio, y nunca esta demás llevar un paraguas.

Robin

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