No vales la pena

Sin darme cuenta entré a ese sucio juego, asqueroso sin ningún elemento de dignidad, me sorprende haber caído tan fácil como una gota del cielo al duro asfalto de la ciudad, tu boca además de usarla para tenebrosos dichos, la usas para confundir a buenos seres humanos.

Que todos hablen de mi no tiene importancia pero que sepan lo que siento sin tener yo claro todavía mi sentir es lo que me molesta en esta tarde de tormenta, aquella muchacha sin darse cuenta se esfuerza por poner piedra a piedra toda esa torre que algunos ya pensaron y hablaron antes que existiera.

Me preguntaron que sientes y afortunadamente ya no sentía justo al momento del día, no por las razones que sobran ni por los sucesos cometidos ni tampoco por los antecedentes mencionados, sino porque hace poco mientras amarraba los cordones de mis zapatos vi en el suelo mi sombra y recordé que soy buena persona.

Quizá no tenga castillos ni corceles, tampoco pueda hablar de todos los conocimientos científicos, o tal vez no sepa aquel arte del cortejo, pero mis virtudes solo pocas personas tienen la dicha de servirse de ellos porque son más grandes y son de adentro, no culpo a nadie en especial pero tal vez la culpa sea solo mía.

Busca entre tus pensamientos algo que sirva, mientras tanto yo además de esta ira seguiré soportando tanto miserable que se me avecina en esta rueda de vida, mi peor defecto es tener demasiada paciencia, cretinos, enanos de cuerpo y alma, se atreven alzarme la mirada, no saben que puedo apagar su existencia o dejarles con un recuerdo para toda su vida.

Solo queda decir objetivamente eres nadie, y no lo digo por alguna venganza ni tampoco para hacerte sentir mal sino porque hace poco recordé que soy buena persona.