Frio en las calles de Santiago

Donde estuvo mi soledad cuando quise pretender estar contigo en ese sueño de llegar a viejo y no estar solo, durante este despertar hubo comentarios de amigos cercanos donde golpearon en el punto exacto de mi conciencia y alcanzaron que mi razón entre a las vías correctas de lo cotidiano.

Sin embargo mis más poéticas frases brotaron en las noches de insomnio tratando de olvidarte con esa teoría de recordarte para cansarme de verte en la fragilidad de la mente. Pero no hubo éxito con tal descabellada teoría, termine recordando porque te quería tanto.

Busqué entre licores, música y alguna que otra amiga la forma para que me recordaras en el espacio de los comentarios que nacen día a día. Y aun así no logre que cambiara mi forme de ser, mis sentimientos plasmados en las olas con la más pura esencia de vida continuaron dando brisa a los receptores equívocos de tus ojos.

Seguramente cuando te vea triste porque tus creencias e ilusiones te fallaron, no sentiré satisfacción por tal hecho sino la impotencia de no poder recogerte entre esas cenizas que apagan tu fuego interno, solo me limitare a sentarme a meditar a la distancia de ti, también para pensar que hare de cenar para mañana y así no morir.

Lo bueno es que todo esto ya es pasado y ahora una sonrisa acompaña a este rostro por las calles de Santiago, en el frío invierno que cógela más allá de los pasos.

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